viernes, 6 de febrero de 2009

Tiempos de gloria


¿Por qué soy el único que sonríe con la crisis? ¿Por qué me divierte que la ruina desenmascare a los bandidos? ¿Por qué soy el único que creo que el mundo que saldrá de esto será mejor (un poco al menos) que el que hemos dejado atrás? Sí, soy un masoca y un cabrón, pero así son las cosas. Me encanta que caigan mentiras que, repetidas muchas veces, se han convertido en verdad. "La vivienda no puede bajar. Eso no va a pasar nunca, es imposible". Cuando uno recuerda este tipo de cosas, dichas hace no mucho tiempo, uno tiene que reprimirse para no tirarse al suelo a descojonarse de la risa. Si, señores, la vivienda está bajando, los bancos no prestan dinero, el pleno empreo será posible allá por 2050 previa tercera guerra mundial y dentro de poco serán más los que no paguen su hipoteca que los que paguen. Yo creo que voy a ir construyendo mi trinchera en casa, con sacos terreros, ametralladoras, alambre de espino y tal antes de que salte la espoleta y la gente, adormecida, despierte de una vez y tome las calles. ¿Cuando sucederá eso, a los cuatro millones de parados, a los cinco? Hablar de seis hoy se me hace exagerado, pero a este paso, y con unas cuantas ayudas más del Gobierno, puede que los alcancemos también. Pues eso, que los lunes al sol están a la orden del día, que no hay porqué preocuparse. La sanidad va bien, el país está unido, la clase política es responsable y está preparada, la educación es de las mejores del mundo...


Nos esperan grandes momentos. Tiempos de gloria.


La foto está hecha en la sala de turbinas de la Tate Modern de Londres, donde la gente se tumba en el suelo como si estuviera en una playa urbana mientras un gran círculo de bombillas ilumina la escena. Los lunes al sol de los parados.

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