miércoles, 19 de noviembre de 2008

Errancias


Soy el frío de Auschwitz, la brisa del Egeo, la bruma de Londres. Soy los neones de Berlín, el castillo de Praga, una gárgola en París. Soy una barba que pincha, un libro de bolsillo, dos ojos cansados ante el espejo. Soy un grito de gol, un gesto de desprecio, a veces una sonrisa. Soy un retrato en blanco y negro, una taza de café, el primer beso. Soy mi guitarra Epiphone, un periódico bajo el brazo, un sábado de invierno en el sofá. Soy humo de refinería, un balón de baloncesto que no entra, el miedo a volar. Soy el estruendo de Madrid, el tacto de mi almohada, macarrones con tomate. Soy una cena entre amigos, un trago de vino, una canción de los Beatles. Soy el recuerdo de mi abuela Candelas, el viento del Cabo de Hornos, una playa en las islas griegas. Soy la mitad de Raquel, un pijama usado, una noche sin dormir, un músculo dolorido, una herida sin cicatriz, un cuerpo de anciano, un árbol sin hojas, un cristal mojado por la lluvia del invierno.

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